Lo único que me parece gracioso de todo este desastre, es que los vendedores ambulantes aparecen de debajo de las coladeras y al menos te hacen la espera más amena. A veces el agüita Bonafont por 10pesos o las tortitas de nata, sí te sacan del apuro ;)
La ventaja es que vivo en un barrio en el cual puedo andar en bici y caminar a cualquier lado. Trabajo parcialmente desde casa y desde una oficina que está (literalmente) a la vuelta de la esquina, así que sólo sufro cuando salgo de mi Paraíso.
Pero como siempre digo, todos los lugares tienen sus cosas buenas y sus cosas malas. Definitivamente una de las peores del DF es la masa de coches, camiones, autobuses, motos, "peseros", peatones y hasta perros que circulan cada día por la enorme Ciudad. Eso sí, buenas tiene muchas y en este espacio espero cubrir algunas de ellas.
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