Hay veces en la vida en las que hay que estar agradecido. Afortunadamente, yo tengo mucho porque dar gracias. Doy gracias, ante todo, por tener salud y estar rodeada de amor. Tengo muchas otras cosas por las cuales agradecer, pero sin salud y sin amor, no vale la pena todo lo demás.
El viernes pasado recibí una de las muestras de amor más bonitas que se pueden pedir. Me reencontré con muchos de mis amigos de Barcelona, quienes a pesar del paso de los años, los múltiples cambios (sobre todo de mi parte) y la distancia, siguen ahí y me hicieron sentir como si el tiempo no hubiera pasado, como si la distancia se hiciera tan corta que los 10,000 kilómetros que nos separan parecieran insignificantes. Me hicieron sentir querida, aceptada y esperada.
No tengo palabras para agradecer el acto tan espontáneo e inesperado que me regalaron esa noche. Nunca olvidaré sus caras, sus palabras y sus abrazos. ¡Gracias amigos por regalarme lo más bonito de la vida! Gracias por haber viajado desde Madrid, Montpellier, Egipto y sus casas en Barcelona para reunirse conmigo en ese día tan especial!
Gracias muy especiales a Orqui, mi Manigüis, por haber hecho posible este evento y por estar siempre tan cerca.
Los quiero mucho a todos.
Un abrazo enorme, ya desde México en donde nos vuelve a separar el inmenso Océano Atlántico. No olviden ir preparando sus pancartas de apoyo para la Marató de 2012.
Fins aviat!
